La incidencia que las enfermedades mentales están teniendo en nuestro país se vuelve cada vez más preocupante. Chile se está posicionando como una de las naciones con mayor incidencia de los síntomas de depresión, por lo que detectarlos a tiempo se vuelve cada vez más crucial.
Qué es la depresión
La depresión se considera una enfermedad grave y que es más común de lo que se piensa. Ante ella, las personas se ven afectadas tanto a nivel físico como mental, lo que repercute en el modo de sentir, la forma de pensar y el funcionamiento cotidiano.
Los síntomas de depresión pueden llegar a provocar el deseo de alejarnos de nuestros familiares, de nuestros amigos, de nuestra fuente de trabajo o de la escuela en la que estudiamos. En el plano emocional, el paciente también puede desarrollar síntomas como la ansiedad, insomnio, cansancio, tristeza, irritabilidad, llanto, pérdida de apetito y la falta de placer e interés en actividades que hasta hace poco, eran satisfactorias.
La depresión no es solo una simple angustia, como muchas otras que la mayoría ha experimentado a lo largo de la vida; para que sea diagnosticada como tal debe caracterizarse como un cuadro de tristeza y melancolía que se desarrolla permanentemente (a lo largo de varias semanas). Afortunadamente un adecuado tratamiento para la depresión puede revertir efectivamente estos síntomas en un tiempo moderado.
Tratamiento para la depresión
A pesar de lo sombrío que se escucha este escenario, hay que saber que toda persona que sufre de depresión puede ser diagnosticada y recibir el tratamiento indicado que necesite. En Psiclico contamos con psiquiatras y psicólogos que trabajan conjuntamente para ofrecer un tratamiento integral a este problema.
El tratamiento de los síntomas de depresión más efectivo suele combinar dos intervenciones complementarias: el tratamiento psicoterapéutico llevado a cabo por un psicólogo, y el tratamiento farmacológico orientado por un psiquiatra. Este último se limita, por lo general, a los cuadros de depresión moderada a severa, en los cuales el médico receta medicamentos antidepresivos y algunas veces ansiolíticos, con el fin de regular el ánimo y los ritmos vitales de la persona. En casos de depresión leve, puede bastar con un buen manejo psicoterapéutico, sin necesariamente requerir intervención farmacológica.