La anorexia y bulimia son graves problemas alimenticios que afectan especialmente a jóvenes en la actualidad. Como padres, siempre queremos lo mejor para nuestros hijos, por ello tratamos de protegerlos y creemos que por eso nunca nos tocará vivir una situación de enfermedad psicológica con nuestros hijos. Lamentablemente, a veces es inevitable, debido a lo expuesto que estamos en la sociedad: la obsesión con la imagen y la falta de confianza en uno mismo son factores que llevan a sufrir estos trastornos.
Para reconocer si su hijo tiene alguno de estos trastornos, primero debemos entender cómo se muestran ambos trastornos alimenticios, anorexia, también conocida como anorexia nerviosa, y bulimia, ya que a pesar de que son similares, cada uno posee sus propias características:
La bulimia, es un trastorno que se caracteriza por periodos en los que se come compulsivamente y que luego se trata de compensarlo con medidas drásticas, como el vómito y el ejercicio físico en exceso para evitar subir de peso. Generalmente, se diagnostica la bulimia cuando alguien tiene atracones de comida y a su castigo al menos dos veces por semana, durante un par de meses.
Quienes sufren anorexia, sienten un miedo real a engordar y tienen una imagen distorsionada de sí mismas. Es por esto, que no pueden mantener un peso corporal normal. Estas enfermedades deben ser tratadas por un psicólogo clínico especializado en bulimia o anorexia.
Los síntomas más comunes de anorexia son: si su hijo dejó de comer o si sus cantidades de alimentos son cada vez más pequeñas, si evita comidas familiares, su humor ha empezado a cambiar, se irrita con facilidad, se aísla de su entorno y, por último, si la pérdida de peso es evidente y niega rotundamente que pueda tener un problema alimenticio es porque presenta un trastorno.
También, hay personas que padecen anorexia y recurren a los atracones de comida que después eliminan a través del vómito, tomando laxantes o excediéndose con el ejercicio físico. Aquí, es cuando una persona padecería de ambos trastornos, anorexia y bulimia.
Si bien ambas enfermedades son similares, las personas con anorexia suelen ser muy delgadas y tener un peso inferior al normal. Mientras que las personas bulímicas pueden tener su peso normal o estar excedidas en su peso.
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Consecuencias de los trastornos alimenticios
Estudios han demostrado que, a corto y mediano plazo, las consecuencias físicas de los pacientes son cardiopatías, anormalidades reproductivas, osteoporosis, problemas gastrointestinales y cambio en la actividad de neurotransmisores, entre otros.
Si usted empieza a sospechar que otra padezca un trastorno alimenticio debe hacerlo visible inmediatamente y buscar ayuda. Consultar a tiempo con un profesional especializado en trastornos alimenticios y recibir las terapias adecuadas, puede ser la diferencia.
En nuestro centro contamos con profesionales altamente especializados en trastornos alimenticios para adolescentes. Nuestro modelo de psicología clínica constructivista pretende contribuir al bienestar psicológico y emocional de quienes consultan, a través de la elaboración de significados positivos que transformen las experiencias en soluciones de desarrollo.