Los antidepresivos son los fármacos más utilizados en el tratamiento de los trastornos depresivos. Estos medicamentos deben ser recetados por un médico especialista del área de psiquiatría de acuerdo al diagnóstico y al caso específico de cada paciente, considerando también la derivación a otro profesional para generar un tratamiento psicológico afín.
Si bien los antidepresivos pueden reducir los síntomas de la depresión, estos no son una cura para el trastorno, e incluso, estos pueden presentar efectos secundarios o adversos. Es por esto que la eficacia de este tipo de tratamiento dependerá de la gravedad del trastorno, siendo recomendables solo para depresiones moderadas a graves, no así en casos de depresión leve o en el tratamiento de pacientes adolescentes y niños.
Asimismo, resulta de gran importancia el seguimiento del este tipo de tratamiento farmacológico por parte del profesional a cargo, quien debe procurar la evaluación del antidepresivo recetado, como también de la dosis de este mismo. Y de esta forma, procurar una supervisión responsable para no generar adicciones y dependencias.
Otro punto relevante a considerar, si se decide optar por el tratamiento con antidepresivos, es el inicio de una terapia psicológica a modo de profundizar en alternativas y herramientas de desarrollo para la problemática de la depresión. Y así, dar solución efectiva a la crisis vivida por el paciente, a través del dialogo y reflexión que implica la psicoterapia.