¿Quién soy? ¿Qué soy? ¿Por qué soy así?
Este es el tipo de preguntas a las que se enfrenta alguien que está intentando descubrir cuál es su orientación sexual definitiva y esto cuestionamientos surgen, muchas veces, no del propio individuo, sino de quienes le rodean, ya sean directa o indirectamente.
Insultos disfrazados de broma; castigos por comportarse de cierta manera que socialmente no le corresponden a alguien de su género; no sentirse completamente honesto, teniendo que vivir una doble vida, a escondidas, para poder realizarse y vivir algo tan natural como el amor de una forma disminuida, casi como algo de lo que debieran sentir vergüenza.
Ese es el Chile de los años 40, 50, 60. Podríamos decir que ya han pasado muchos años de eso aunque, desafortunadamente, en pleno siglo XXI, las discriminaciones o el maltrato por la opción y orientación sexual de una persona que se siente atraída por alguien de su mismo sexo siguen siendo pan de cada día, lo que lleva a que muchos y muchas se encierren en sí mismos, sin permitirse vivir una sexualidad sana y sin sentirse libres, como debiera sentirse cualquier ciudadano de nuestro país.
¿Qué es el outing?
El outing es lo que comúnmente llamamos “salir del closet”, frase que puede sonar muy despectiva, pero que gráfica muy bien la situación que miles de homosexuales viven en nuestro país, ya que deben esconderse, ocultar parte de su verdadera identidad en pos del “qué dirán” para no acarrear un problema a la familia y no ser apuntados con el dedo. Porque gran parte de ese auto-rechazo viene de la familia, que es capaz de prohibirle actitudes o coartar sus libertades pensando en que dirán y cómo su situación social se verá afectada.
Otros hay que no sufren por la orientación sexual de su hijo/a, pero su temor radica en cómo serán aceptados por la sociedad. Más que pensar en ellos mismos, piensan en el dolor que pueden sufrir sus hijos a causa de los intolerantes que se sienten con derecho de decir cualquier cosa.
¿Cómo puede una terapia ayudar a aceptar la homosexualidad?
Como dice nuestra misión, “nuestro modelo pretende contribuir al bienestar psicológico y emocional de quienes consultan, a través de significados positivos que puedan transformar las experiencias de sufrimiento emocional en construcciones que generen alternativas y soluciones de desarrollo existencial.”
Las terapias están centradas tanto en el paciente como en la familia, ya que ese es el núcleo fundamental para el paciente sienta la confianza suficiente para enfrentar el mundo. Si muchas veces la familia termina no aceptando la realidad del paciente, este seguirá sufriendo e impidiéndose de cualquier manera el vivir su sexualidad de una manera sana y libre.
En nuestro centro buscamos, a través de la terapia, que todos se pongan en el lugar del otro para ser capaces de entender su realidad y así lograr un acercamiento, que puede tomar algún tiempo pero al final, si todos se comprometen, tendrá sus frutos.
Sin lugar a dudas y, lamentablemente, en los tiempos que corren, esto sigue siendo un tema que atraviesa nuestra sociedad. Por esta razón y ante cualquier duda, no tema contactarnos. Estaremos felices de poder ayudarle.